El seleccionador nacional es sin duda unos de los futbolistas más odiados por el madridismo y, la verdad, es que se podría decir que les ha dado motivos. Digno sin duda alguna de la que se autoproclama la «mejor afición del mundo». Insólitamente, uno de los objetos que tiraron al campo fue una cabeza de cochinillo. A los silbidos e insultos que el portugués tenía que escuchar cada vez que tocaba un balón se sumó la caída de objetos en cada córner.