Hablaba del central Gus Caesar, pero por motivos bien distintos podría estar hablando de Rodrigo Hernández. Decía Nick Hornby sobre un futbolista del Arsenal que no tenía pinta de futbolista que parecía un tipo de la calle que hubiera ganado un concurso para aparecer como central en una final en Wembley, sin nada que ver, ni de lejos, con un jugador al uso. Un tipo de 22 años que no tiene cuenta en Facebook, Twitter o Instagram, lleva un teléfono móvil viejo, hasta hace nada tenía un Opel Corsa de segunda mano que le compró a una señora, estudia Administración y Dirección de Empresas, es un apasionado de la economía y -por todo lo anterior, decíamos- recuerda más a un tipo de la calle que hubiera ganado un concurso para jugar en el Atleti que a una estrella futbolística.