La mediocre temporada liguera se compensó con una gran Copa del Rey en la que se alcanzó disputar la final, algo que ilusionó enormemente a la afición tras 16 años de la última final copera (1979). El rival de octavos fue el Real Madrid, consiguiendo el Valencia dos victorias por 2-1 remontando los goles madridistas con dos goles de Salenko en la ida y dos de Mijatović y Fernando en la vuelta.