Los londinenses aguantaron todo el partido el acoso del Liverpool, que incluyó un penalti que lanzó Aldridge y detuvo el portero y capitán de los ‘dons’, Dave Beasant. Fue el primer penalti fallado de la historia de las finales de la FA Cup. El asedio de los reds no halló fruto y el Wimbledon ganó el título, uno de los más sorprendentes de la historia de la Copa inglesa. A los 37 minutos de partido, Dennis Wise sacaba una falta desde la izquierda y Lawrie Sanchez cabeceaba a gol.